Ensayo sobre el insomnio

 


Revelación o el Relojero - Remedios Varo
Nunca me había detenido a pensar en el peso de la soledad hasta esta noche; quiero decir, no estoy realmente solo, tengo a mis amigos, mi familia, mis compañeros de trabajo, gente diferente con la que convivo a diario y los gatos y perros que vienen cada mañana a pedir comida a mi puerta. Lo que pasa es que hoy sentí por primera vez en mucho tiempo el aire de una atmósfera la cual solo yo respiro, donde mis palabras solo hacen eco en mi cabeza porque voy a parecer un loco si empiezo a discutir conmigo mismo (aunque a quién le va a importar si soy el único que habita este departamento?).

Tal pensamiento se instaló en mi cabeza justo después de repasar la película de lo que había hecho durante el día y acordarme que mañana me tengo que levantar temprano para ir a trabajar, así que ya me tenía que dormir hasta que boom! Me aplastó aquella sensación de solitud, y estar a solas con la pantalla brillante que cada día me deja más ciego y que se me ha caído en la cara dos que tres veces. Así que empecé esta discusión (monólogo?) conmigo mismo, a la vez que escribo estas líneas para que no se me olvide mañana y todo quede en el último pensamiento antes de perderme en ese otro mundo raro e incomprendido donde existimos, pero a la vez no, porque es de mentiritas, llamado sueño. También ya me está aplastando ese otro sentimiento de culpa que experimento cada mañana reprochándome por qué no me dormí a buena hora para no estar en modo zombi arrastrando mi existencia hasta la cocina para buscar cualquier cosa que se parezca a un desayuno en mi vacío pero muy útil refrigerador.

Y bueno, ya estaba con los ojos cerrados tratando de romper ese patrón de insomnio cuando al gallo del vecino se le ocurre cantar justo a las 3 de la mañana! Se calla y, segundos después, cuando estoy haciendo mi tercer o cuarto intento de por fin descansar, me pongo en guardia al sentir un ligero temblor bajo mi cama. Está temblando? No sería novedad. Solo era un tráiler de esos que les dicen semirremolques con dos cajas grandes, y es entonces que me acuerdo o me doy cuenta de que vivo en un departamentito que a un señor se le ocurrió construir en su terrenito para sacar un dinerito extra, y hacerlo, como decimos, al chingadazo, con unos cimientos tan flojos que seguro si hay un temblor como el del 2017 seguro me caigo con todo y casa.

Luego, los perros que el vecino tiene en la azotea insolándose a diario se ponen a ladrarle a otros perros que pasan cerca y quién sabe a qué más le ladran porque a veces me asomo y no veo nada. Ese día un vecino me contó que a veces las noches se ponen “pesadas” por acá, que no sé qué espíritus andan rondando, ah, porque para acabarla, mi departamento está sobre una tienda esotérica y, a unas pocas cuadras, hay una iglesia de la niña blanca, como le llaman a la santita.

Ven? Me volví a desviar del tema. Estaba en que ya me preparaba para entrar en el túnel nocturno que desemboca al otro lado en un sol que se cuela por las cortinas y que no me deja seguir reponiendo las horas perdidas de sueño. Si hace rato tenía unas 6 horas, ahora con suerte tendré 5, sino es que menos. Ya ni siquiera quiero checar el reloj para no agüitarme más.

Esta noche ya se arruinó. Bendito dios que no tengo hijos. No sé cómo le haría para ser una persona medianamente funcional y todavía tener que hacer el desayuno, llevar al crío a la escuela, conseguir comida para todos y encima, trabajar.  Pero, en realidad no quiero hijos? Algún día voy a ser mayor (más) y me arrepentiré de no haberlos tenido en mis 20s o en mis tempranos 30s cuando tenía más energía (cof, cof) y tiempo libre para ellos. Bueno, lo de la energía ya está visto que no, y lo del tiempo, qué es el tiempo? Esa maldita duda también me asalta seguido. Desde que decidí tomar esos pinches cursos de filosofía ahora hasta me cuestiono qué chingados es el tiempo, cuando es más fácil solo hacerle caso al reloj y al calendario y dejar que ellos nos digan lo que es. Y entonces me respondo que el tiempo es justo eso que estoy desperdiciando al pensar en todas estas cosas en vez de cerrar los ojos de una vez y dejar que la noche me arrulle. Debería decir algún mantra de esos que salen en los podcasts de Spotify y dejarme ir… 4 horas? Cuántas quedan antes del amanecer? Ya hasta el gallo y los perros se fueron a dormir después de hacer su desmadre.

 

No importa, intentemos de nuevo. Repasar la película del día me llevó a estas estúpidas dudas existenciales que en nada ayudan, o sí?? O sí? Tiene alguna utilidad estar pensando en esto cuando otras personas están (in)felizmente abrazadas de alguien aunque eso les “limite” su libertad? Si estuviera en esa situación podría dormir pensando en todos los pendientes que hay que resolver al día siguiente teniendo una familia propia o estaría dando vueltas en la cama sin poder dormir por la preocupación de que hay que conseguir los libros del chilpayate y ya vencieron los vales que me dieron en la escuela… Por lo visto, igual tendría insomnio.

Comentarios

Entradas populares