Inicio del Encierro
Los antecedentes de esta historia se remontan a finales del año pasado, 2019, en alguna lejana ciudad del también Lejano Oriente, en una de las llamadas 5 civilizaciones madre: China. Un emergente depredador natural, diminuto, confuso, agresivo y decidido a conquistar todos los territorios, se ha esparcido de ciudad en ciudad, país a país, viajando como polizón en los habitantes de este mundo.
Los afectados, los protagonistas de esta historia, han sido relegados y sentenciados a permanecer dentro de sus casas, aislados del resto, encerrados. Se enfrentan a un enemigo invisible que pone en duda la seguridad de la que gozábamos en nuestro acelerado mundo. Una pausa ha sido decretada por el gobierno de la Tierra. Quién envió a este villano? De qué está hecho? Cómo vencerlo? Hoy, no lo sabemos, las certezas que tenemos duran lo que una publicación de Facebook.
Pero comencemos por el inicio. Hace un par de meses nos amanecíamos con noticias tales como el cierre de grandes poblaciones humanas, millones de gentes en ciudades Chinas quedaban aisladas por su presidente. - Cerrar toda una provincia, una ciudad? Es posible y necesario? - Pensábamos algunos, y así se fue dando, solo que a escala mundial después.
Luego supimos que por las rutas del comercio y el turismo se coló el virus al viejo continente. La siguiente gran sorpresa, los antiguos imperios Europeos caían como Goliats ante el pequeño, minúsculo David. Primero fue Italia, acto seguido España, Francia y, en Inglaterra hasta el Prime Minister tuvo que ser recluido en algún calabozo en Downing Street. En los confines del Papa, la patria que alberga los canales más navegados del mundo y que ha dio a luz al Renacimiento, llenó sus iglesias en tan poco tiempo con ancianos escoltados como tropa hacia su eterno descanso, incinerados los más, por aquello de la falta de espacio en los camposantos.
Del otro lado del charco, en América, el bicho no tuvo problemas en entrar por la Gran Manzana. Si Italia y España habían sido el escándalo del primer mundo, más tarde la Unión Americana demostraría que siempre se pueden romper los récords, superando el millón de infectados.
Más hacia el sur, en el mar Caribe, navíos extranjeros arribaban cerca de Venezuela, la siempre convulsa Venezuela, provocada no solo por la nueva amenaza, sino también por las viejas potencias extranjeras. En el ombligo del mundo, en el Ecuador, una provincia nos mostró que la peste puede volver en cualquier momento al ver los cuerpos apenas tapados por un velo negro sobre las banquetas.
Unas cuantas semanas le bastaron a la epidemia para convertirse en pandemia, y así, tuvimos que aprender los nuevos mandamientos:
- Lavarse continuamente las manos
- No salir
- Mantener la distancia (El virus es pesado, se cae rápido al ser disparado, aunque otros dijeron que vive en el ambiente por algún rato)
- Estornudo de etiqueta
- Usar cubre-bocas si uno tiene síntomas, si uno sale (violando el punto 2), si uno trabaja en hospitales.
- No tocarse la cara
- Repetir el punto 1
Nos volvimos expertos en salud y nunca fuimos tan ignorantes al mismo tiempo. El petróleo se cayó... Y se levantó en unos días, como siempre lo hace, solo que esta vez sí dejaría varios heridos y quebrados por la crisis que hoy no respeta aranceles ni fronteras.
Y mientras el caos llega desfilando detrás del flautista de Wuhan, obligando a la gente a encerrarse o arrojarse a las ratas, en otros países ya se están abriendo las ventanas. Poco a poco, salen a sus calles, a ver como ha cambiado el panorama. Las lluvias llegaron en mayo, y se llevaron en su cauce algunos despojos.
Veremos que sigue en esta nueva trama del Virus Coronado.
HARAKIRI
Los afectados, los protagonistas de esta historia, han sido relegados y sentenciados a permanecer dentro de sus casas, aislados del resto, encerrados. Se enfrentan a un enemigo invisible que pone en duda la seguridad de la que gozábamos en nuestro acelerado mundo. Una pausa ha sido decretada por el gobierno de la Tierra. Quién envió a este villano? De qué está hecho? Cómo vencerlo? Hoy, no lo sabemos, las certezas que tenemos duran lo que una publicación de Facebook.
Pero comencemos por el inicio. Hace un par de meses nos amanecíamos con noticias tales como el cierre de grandes poblaciones humanas, millones de gentes en ciudades Chinas quedaban aisladas por su presidente. - Cerrar toda una provincia, una ciudad? Es posible y necesario? - Pensábamos algunos, y así se fue dando, solo que a escala mundial después.
Luego supimos que por las rutas del comercio y el turismo se coló el virus al viejo continente. La siguiente gran sorpresa, los antiguos imperios Europeos caían como Goliats ante el pequeño, minúsculo David. Primero fue Italia, acto seguido España, Francia y, en Inglaterra hasta el Prime Minister tuvo que ser recluido en algún calabozo en Downing Street. En los confines del Papa, la patria que alberga los canales más navegados del mundo y que ha dio a luz al Renacimiento, llenó sus iglesias en tan poco tiempo con ancianos escoltados como tropa hacia su eterno descanso, incinerados los más, por aquello de la falta de espacio en los camposantos.
Del otro lado del charco, en América, el bicho no tuvo problemas en entrar por la Gran Manzana. Si Italia y España habían sido el escándalo del primer mundo, más tarde la Unión Americana demostraría que siempre se pueden romper los récords, superando el millón de infectados.
Más hacia el sur, en el mar Caribe, navíos extranjeros arribaban cerca de Venezuela, la siempre convulsa Venezuela, provocada no solo por la nueva amenaza, sino también por las viejas potencias extranjeras. En el ombligo del mundo, en el Ecuador, una provincia nos mostró que la peste puede volver en cualquier momento al ver los cuerpos apenas tapados por un velo negro sobre las banquetas.
Unas cuantas semanas le bastaron a la epidemia para convertirse en pandemia, y así, tuvimos que aprender los nuevos mandamientos:
- Lavarse continuamente las manos
- No salir
- Mantener la distancia (El virus es pesado, se cae rápido al ser disparado, aunque otros dijeron que vive en el ambiente por algún rato)
- Estornudo de etiqueta
- Usar cubre-bocas si uno tiene síntomas, si uno sale (violando el punto 2), si uno trabaja en hospitales.
- No tocarse la cara
- Repetir el punto 1
Nos volvimos expertos en salud y nunca fuimos tan ignorantes al mismo tiempo. El petróleo se cayó... Y se levantó en unos días, como siempre lo hace, solo que esta vez sí dejaría varios heridos y quebrados por la crisis que hoy no respeta aranceles ni fronteras.
Y mientras el caos llega desfilando detrás del flautista de Wuhan, obligando a la gente a encerrarse o arrojarse a las ratas, en otros países ya se están abriendo las ventanas. Poco a poco, salen a sus calles, a ver como ha cambiado el panorama. Las lluvias llegaron en mayo, y se llevaron en su cauce algunos despojos.
Veremos que sigue en esta nueva trama del Virus Coronado.
HARAKIRI
Nunca fuimos más expertos e ignorantes en salud. Tienes toda la razón!!! El virus nos conquisto en tiempo récord. Se ha ganado su lugar en los libros de historia. Logro algo que jamás hubiéramos imaginado: una pausa en la ajetreada vida humana. Desde pequeños comercios, hasta eventos de talla mundial.Somos nada ante el poder de la naturaleza. Contamos los días en cuarentena esperando que esto pase. Sin embargo, está crisis nos está orillando a una modificación social a largo plazo. Me encantó el relato!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario! Momentos para reflexionar e intercambiar vistazos
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